Aquí os pongo un diálogo. Debéis escribirlo actualizando las frases pero manteniendo el sentido. ¡Manos a la obra!
Diálogo.
Egidio.
¿Qué
hacéis, Guillermo?
Guillermo.
Ya
lo veis, Exidio.
Egidio.
¿Cómo
estáis tan ocioso?
Guillermo.
*
Quia
nemo me conduxit.
Egidio.
Pues
yo os convido a un rato de buena converzación.
Guillermo.
¿Adónde?
Egidio.
Venidos
comigo. ¿No iréis a donde yo os llevare?
Guillermo.
Si
me lo decís primero, porque ir hombre sin saber adónde sería
necedad.
Egidio.
Luego
¿no hacéis confianza de mí?
Guillermo.
Sí
hago, mas ¿no sabéis que no todos los humores son unos, y que podrá
ser lo que a vos os da gusto enfadarme a mí?
Egidio.
Sí,
pero yo conozco ya vuestro humor, y me acomodo con él.
Guillermo.
Con
todo eso, decidme adónde me lleváis.
Egidio.
Vamos
a la lonja, adonde me están esperando dos amigos españoles muy
discretos; gustaréis de su buena conversación.
Guillermo.
¿Hablan
inglés?
Egidio.
Un
poquito, pero pues vos entendéis bien el español y yo también, no
importa.
Guillermo.
Huélgome
de ir, aunque no sea más de por aprender algunas buenas frasis
españolas.
Egidio.
Esas
sé yo que las tienen buenas, porque son de Toledo, donde es la prima
de la lengua española.
Guillermo.
¿Son
por ventura aquellos que se andan allí paseando?
Egidio.
Los
propios, vamos allá. Dios guarde a vuest[r]as mercedes.
Diego.
Y
venga con vuest[r]as mercedes.
Egidio.
Pase
adelante la conversación. ¿De qué se trataba ahora?
Diego.
No
parece sino que la entendistes, que respondistes a ella sin daros el
pie.
Alonso.
Tratábamos
de las salutaciones que se usan en Inglaterra, y de las que se usan
in España.
Guillermo.
¿Cuáles
son mejores?
Alonso.
Cierto,
en esto adonde quiera hay abusos. Cuando dice el español «Dios os
guarde», «en hora buena estéis», «Dios os dé salud», y el
inglés «buenas tardes» y otras semejantes, yo apruébola por buena
salutación.
Guillermo.
Pues
el mundo la reprueba y tienen por toscos a los que la usan.
Alonso.
Y
aun por eso se dice que anda el mundo al revez, y no hay mejor señal
de que ello es bueno, de ver que el mundo lo reprueba.
Guillermo.
De
las demás salutaciones ¿qué os parece?
Alonso.
De
las demás digo que, cuando el inglés pregunta a el otro «¿cómo
estáis?», dice una gran necedad; y, cuando el español dice «bésoos
las manos?, dice una gran mentira.
Guillermo.
Menester
es que deis razón de vuestra nueva opinión.
Alonso.
Ahora
decíme, por vuestra vida, ¿no os parece necedad a el que vos veis
bueno preguntarle cómo está?
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